Probablemente, muchos padres estarán de acuerdo en que el elogio es una de las medidas más efectivas para criar a un niño. Además, los elogios son necesarios para cada bebé como el aire, la única forma en que puede sentirse significativo, satisfecho consigo mismo. Cuanto más elogie a su hijo, mejor se reflejará en su autoestima. Por supuesto, se trata de elogios adecuados.
Cualquier esfuerzo realizado por un niño requiere aprobación, una evaluación positiva. Es importante tener en cuenta la diligencia, esforzándose por lograr resultados positivos.
Vale la pena señalar que los niños indecisos y ligeramente inseguros son especialmente susceptibles a los elogios. Alabar a un niño así por el más mínimo logro le dará confianza y una sensación de éxito. La crianza asociada con las emociones positivas del niño es más eficaz.
Para algunos niños, los resultados del trabajo son especialmente importantes, algunos logros reales. Se esfuerzan mucho para hacer todo sin problemas y se enojan mucho si algo no sale bien. Estos niños deben ser alentados, apoyados y elogiados precisamente por el resultado de su trabajo.
Si un niño tiene confianza y puede hacer mucho sin mucho esfuerzo, los elogios excesivos pueden llevar a que se sienta demasiado confiado. En este caso, solo debe elogiar el resultado del trabajo, logrado mediante grandes y prolongados esfuerzos.
Algunos padres desconfían de los elogios. Tienen miedo de malcriar a su hijo. Pero la severidad excesiva y la falta de elogios llevan a tristes consecuencias. Por supuesto, la educación no puede prescindir del castigo, pero el castigo será más efectivo en el contexto de elogios y recompensas.
Muchos padres utilizan algún tipo de recompensa material como recompensa. Esto lleva al hecho de que los niños se acostumbran rápidamente y en todas partes buscarán beneficios para ellos mismos. El estímulo material será para él más importante que el sentimiento de satisfacción interior y la alegría de superar las dificultades. No se puede sobornar a un niño con regalos.
Sin lugar a dudas, el elogio es una parte integral de la crianza de un niño. Pero debe recordarse: es necesario alabar sabiamente, teniendo en cuenta el carácter y las características individuales y las cualidades personales del niño. El elogio siempre debe ser merecido, real y no una forma de manipular al niño.