Es muy importante elegir el nombre correcto para el niño nacido de acuerdo con las tradiciones religiosas, la cultura y las características nacionales. Debido a que cada nombre tiene su propia historia, hace suyo a una persona entre una determinada denominación. Debe tenerse en cuenta que los nombres extraños se recuerdan mal y a menudo se confunden.
Instrucciones
Paso 1
Una niña musulmana debe recibir un nombre árabe (turco, persa, tártaro) que corresponda a su religión. Muchos se avergüenzan de hacer esto, siguiendo tontamente algo "de moda" y al mismo tiempo sin sospechar que con ello dan preferencia a otra cultura. Además, siempre puede encontrar un compromiso: los nombres árabes son similares a los occidentales. Por ejemplo, Darina, Safia, Dana, Alsou, Rima, Daria y otros.
Paso 2
Nombra a la niña por el nombre de las hijas o esposas del profeta: Fátima, Zeynab, Rukaya, Umm Kulthum, Khadija, Aisha. Además, un musulmán puede llamar a su hija de manera diferente. Lo principal es que no contradice la ley Sharia.
Paso 3
Debe darle a su hijo un buen nombre, elíjalo con cuidado. Tiene un efecto psicológico en él y en quienes se vuelven hacia él. Si nombra a su hija por el nombre de una planta, flor o árbol, definitivamente no se equivocará. Por ejemplo, Reikhana (albahaca), Gulnara (flor de granada), Aigul (flor de luna), Varda (rosa) y otras. Llevan energía positiva, todo lo que crece en la Tierra se identifica con la vida.
Paso 4
Una niña musulmana puede llevar el nombre de una pariente femenina: abuela, tía, sobrina, bisabuela. Pero al mismo tiempo, tenga en cuenta que junto con el nombre heredado de su hija, se puede transmitir el destino de su dueño o su enfermedad. Por lo tanto, es mejor que piense si vale la pena hacerlo.
Paso 5
Considere los detalles de su nacionalidad. Los musulmanes, al igual que los representantes de otras religiones, se dividen en grupos étnicos. Cada nación tiene sus propias costumbres, tradiciones y forma de vida. Todo esto puede ser similar a la vida de otros musulmanes. Así ocurre con los nombres. Por ejemplo, un nombre Dargin no es adecuado para una niña tártara, o viceversa, ya que cada nación ha desarrollado históricamente sus propios nombres con los que llaman a sus hijos.