"El hombre sin piel" no es sólo el título de una sección de un libro de texto de anatomía o un artículo de una crónica criminal. En sentido figurado, utilizado a menudo por los psicólogos, "una persona sin piel" es un individuo demasiado sensible que no sabe cómo defenderse del mundo.
Vida sin piel
La realidad circundante a menudo presenta sorpresas y decepciones. Solo las personas más insensibles, "de piel gruesa" son capaces de percibir todo lo que sucede a su alrededor con indiferencia y tranquilidad. Por el contrario, las "personas sin piel" tienden a reaccionar de forma demasiado emocional ante cualquier manifestación hostil o negativa del mundo que les rodea. Por supuesto, muchas personas se entristecen por los gatitos sin hogar, por engañar a un ser querido o por un retraso en el salario en el trabajo, pero solo las personas con mayor susceptibilidad se preocuparán por estas razones con toda la sinceridad posible e irrazonablemente durante mucho tiempo.
Existe la opinión de que las "personas sin piel" solo pueden ser extrovertidas, es decir, aquellas que están "dirigidas" hacia afuera y no hacia adentro. De hecho, cuanto más depende una persona del mundo que la rodea, de las opiniones de sus seres queridos, de las relaciones con otras personas, más posibilidades hay de que la información que le llega le cause estrés. Sin embargo, la "falta de piel" puede ser inherente a los introvertidos más llamativos, ya que el problema no es en absoluto qué canal de percepción del mundo es prioritario.
Protección psicológica
Desde el punto de vista de los psicólogos, la principal razón de la existencia de "personas sin piel" es la falta de mecanismos bien desarrollados de protección psicológica contra el estrés. La mayoría de las personas, consciente o inconscientemente, desarrollan métodos de protección frente a situaciones desagradables y experiencias relacionadas. Hay muchos tipos de mecanismos de defensa, pero generalmente se dividen en dos grandes categorías: primitivos y superiores. Se cree que los métodos primitivos de defensa psicológica se forman a una edad temprana. Además, los mecanismos primitivos, por regla general, protegen a una persona del mundo que la rodea, mientras que los superiores "regulan" las relaciones de varias partes de su propia psique.
Por supuesto, por un lado, la sensibilidad y la capacidad de respuesta no son cualidades negativas, por lo que no hay nada de malo en ser una “persona sin piel”. Sin embargo, por otro lado, una persona no es capaz de realizar actividades efectivas, estando constantemente en un estado de estrés provocado por una reacción dolorosa al mundo que le rodea. Por lo tanto, es recomendable estudiar los métodos conocidos de defensa psicológica y tratar de "probarlos" usted mismo: no es necesario utilizar todos los métodos a la vez, a veces uno es suficiente.
Lo principal es aprender a utilizar este o aquel mecanismo de protección a nivel reflejo, mecánicamente. No tenga miedo de cambiar y volverse completamente indiferente a los problemas de los demás. Las personas rara vez cambian de manera tan dramática, pero la capacidad de controlar sus emociones y experiencias en situaciones desagradables definitivamente no será superflua.
