Muchos padres sienten tanta pasión por sus hijos que ni siquiera se dan cuenta de cómo cruzan la línea entre la paternidad y los mimos. Hay una serie de señales que le indican cuándo detenerse.
El deseo del niño es lo más importante.
En una pareja de padres e hijos, uno de los padres debe ser dominante. Si este lugar está ocupado por un niño, entonces vale la pena comenzar a preocuparse. Todos los caprichos del niño deben satisfacerse solo en la infancia.
El niño no sabe comportarse en público
Cuando los padres no prohíben específicamente al niño y no tratan de enseñarle buenos modales en la sociedad, nada bueno saldrá de ello. Más adelante le resultará muy difícil adaptarse.
Límites borrosos
Es muy difícil para los niños cuando los padres cambian sus límites de comportamiento todos los días. Ayer fue posible, pero hoy ya no es posible. Si ha establecido alguna prohibición, obsérvela constantemente. Entonces será más fácil para el niño.
Falta de sentido de responsabilidad por sus acciones.
A partir de los tres años, los niños comienzan a darse cuenta de que todas las acciones tienen consecuencias. Cuando los padres constantemente atribuyen todo a la edad del niño, lo privan del derecho a ser responsable de sus acciones. Paralelamente a esto, no le permiten madurar mentalmente.
Obsequios frecuentes
Dio la casualidad de que algunos padres creen que con múltiples regalos le muestran a su hijo su amor. Pero los psicólogos están seguros de que los regalos sin ningún motivo contribuyen al hecho de que los niños se conviertan en consumidores y egoístas.
Todo se logra a través de la histeria
Cuando el niño comienza a llorar, los padres están listos para ir a todo tipo de condiciones, si tan solo el niño pudiera detener la histeria. Desafortunadamente, tal complacencia de los padres le deja en claro al niño que esta es la forma que lo ayudará a obtener lo que quiere, y comienzan a manipularlo constantemente.
A los adultos les gustan los niños
Nadie es perfecto. Los padres también pueden equivocarse. A veces ellos mismos dan el ejemplo equivocado a su hijo (rabietas, caprichos, sus deseos por encima de todo). El niño no percibe palabras, sino acciones. Y luego los aplica activamente en la práctica.
Entonces, para empezar, usted mismo debe convertirse en un buen ejemplo para su hijo. No tenga miedo si algo no le está funcionando. Todas las personas aprenden de sus errores. Ama a tu hijo y todo saldrá bien.