Cada año, miles de niños pasan por este desagradable procedimiento. La reacción de los hijos al divorcio de sus padres depende de todas las circunstancias del divorcio en sí y, por supuesto, de la edad. El divorcio de los padres por un hijo es un shock y una decepción. Muchos niños pueden atravesarlo con bastante calma y aceptar la situación que no se puede cambiar. A veces sucede que el trauma psicológico que recibió un niño durante el proceso de divorcio es muy difícil para él y puede necesitar la ayuda de un especialista.
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Si los padres entienden que el divorcio no se puede evitar, entonces el niño debe estar preparado, mamá y papá deben participar juntos en la conversación. Al hacerlo, oculte sus sentimientos de frustración con su cónyuge. Lo principal es dejar claro que el niño no tiene la culpa de nada y que estarán con él, aunque vivan separados.
Reacción del niño
La reacción de todos es diferente, algunos fingen que todo está bien, ocultan sus sentimientos, otros niños comienzan a estudiar peor, su apetito disminuye. En ese momento, lo principal es que el niño sienta su apoyo. Los sentimientos pueden ser violentos, pero las reacciones como la ira, la depresión y la ansiedad son normales. Pero debería haber una mejora gradual con el tiempo. Si, al fin y al cabo, las cosas van peor (estallidos de agresión y violencia, abuso de alcohol o drogas, problemas en la escuela, abandono de todo lo que antes era fascinante), entonces no te las arreglarás sin la ayuda de especialistas.
Es importante no involucrar a los niños en conflictos entre padres, no importa cuán fuerte pueda ser. En primer lugar, piense en el niño, no debe elegir entre ustedes. El divorcio de un hijo solo debe ser una ruptura en la relación amorosa entre los padres, y no la privación de uno de ellos. Es bueno cuando los cónyuges encuentran la fuerza para comunicarse de manera amistosa después de un divorcio.
Este comportamiento les enseña a los niños a resolver problemas correctamente. En ningún caso se debe denigrar al niño y volverse contra el padre o la madre, el padre tiene derecho a reunirse con el niño, al igual que la madre. E incluso si le parece que el niño es muy pequeño, en realidad no lo es. Está perfectamente consciente de lo que está sucediendo. Habla con él en pie de igualdad, sin fingir ni engañar. Es importante que el niño sienta que está siendo considerado.