Un exceso de sal en la dieta del bebé no conducirá a nada bueno, por lo tanto, los pediatras recomiendan introducir encurtidos y tomates en el menú lo más tarde posible, después de 5 años. La sal y las especias obligan a los riñones del niño a trabajar de manera extrema, además, no hay absolutamente ninguna vitamina en las verduras que han sido saladas y encurtidas.
Dado que la comida del bebé consiste principalmente en cereales lácteos sin levadura y purés de verduras, reacciona muy vívidamente a las verduras saladas. Muchas madres son responsables y cuidadosas de introducir nuevos productos en la dieta de un niño pequeño, especialmente los salados. Y las que se esfuerzan a toda costa por deleitarlo con delicias saladas son las abuelas. Por ejemplo, déjelo pompa, no comerá mucho. Pero, habiéndolo probado una vez, el niño logra su objetivo con un grito, al ver productos ya familiares en la mesa.
Verduras saladas en el menú infantil: más daño que bien
Sin duda, los pepinos y los tomates son buenos para el bebé. Son ricas en yodo, magnesio, potasio, calcio, azufre, zinc, hierro, fibra y muchas vitaminas. Pero como han demostrado los estudios, en las verduras saladas, los oligoelementos se conservan y las vitaminas se destruyen casi por completo. Además, los pepinos y tomates encurtidos y enlatados abundan no solo en contenido de sal, sino también en todo tipo de especias, cuyo uso es inaceptable en la dieta del bebé.
Las verduras saladas pueden provocar sed e hinchazón excesivas, diátesis alérgica y diarrea, porque los pepinos tienen un efecto laxante. En algunos niños, los encurtidos y los tomates provocan una producción excesiva de gases, lo que interfiere con el sueño y los comportamientos normales durante el día. De las cualidades positivas de tales productos, se puede destacar solo la activación de la salivación y el aumento del apetito. Para este propósito, es mejor ofrecer a un niño pequeño un pepino ligeramente salado antes de la cena, pero no más de 1-2 rodajas cortadas de una verdura de tamaño mediano.
La edad óptima para la introducción de pepinos y tomates en escabeche en la dieta
A pesar de que después de un año, los propios pediatras aconsejan a un niño que le dé un poco de pepinos y tomates, esta recomendación se aplica solo a las verduras frescas. Incluso los frescos, se debe tener especial cuidado al alimentar tomates. Después de todo, todas las verduras y frutas de color naranja y rojo pueden causar alergias. Cuando, durante el análisis de orina, se encuentran sales de oxalato en un niño, que contribuyen a la formación de cálculos renales, los tomates están contraindicados tanto frescos como salados. Si todo está en orden con el cuerpo del bebé, después de un año, los tomates se dan solo frescos y sin piel.
En forma procesada y salada, puede comenzar a introducir pepinos y tomates después de 3 años, sin embargo, los médicos aconsejan, si es posible, familiarizar al niño con estos productos incluso más tarde, a los 5-6 años. Es necesario incluir verduras de temporada como encurtidos y tomates, chucrut en la dieta de un bebé de 3 años solo en invierno y en las cantidades más mínimas. No se puede hablar de verduras en escabeche, porque el vinagre supone una carga aún mayor para los riñones inmaduros del bebé que la sal.