La falta de voluntad para aprender ocurre en niños y adolescentes de diferentes edades. Esto puede deberse a muchas razones, pero a los padres les preocupa principalmente la solución a este problema.
Dos en el diario, llamadas del maestro de la clase, fatiga constante: todo esto acompaña a la falta de voluntad del niño para ir a la escuela y hacer la tarea. Los padres deben luchar contra esto, y gritar y maldecir en este caso es absolutamente inútil. Trate de averiguar la razón. Puede haber muchos de ellos: conflicto con el maestro, problemas con los compañeros de clase, malentendidos de una o varias materias, así como pereza banal. Si el problema está en el maestro, no dude en ir a la escuela y comunicarse con él directamente. Descubra los orígenes del disgusto y busque una salida a esta situación. Los problemas con los compañeros de clase se resuelven convocando una reunión de clase y discutiendo las relaciones personales de los niños en su propia presencia (todo esto se hace con la participación del profesor de la clase). Si su hijo no comprende un tema, entonces vale la pena considerar la tutoría. En primer lugar, comuníquese con su maestro; lo más probable es que no se niegue a ayudarlo. La pereza es común en los niños adolescentes. Descubra cuál es la razón. Quizás el niño se sienta abrumado por numerosos círculos, tutorías y secciones. Si es así, hable con él sobre lo que le gustaría renunciar. Lo principal es no insistir por su cuenta: él tiene su propia opinión sobre todo, que debe poder expresar. Si la pereza no está relacionada con algo específico, entonces tendrá que empezar a desarrollar la motivación. La motivación de su hijo no debe limitarse a un bono en efectivo por cada cinco recibidos. Primero, explique para qué sirve la educación: es erudición, buen trabajo y salario en el futuro, y hoy, respeto y confianza de los compañeros. Al final del año, no será superfluo cumplir un deseo de su hijo, déjelo luchar por algo. Haga su tarea juntos. Como parte de la lucha contra la pereza y los malentendidos, siéntese con su hijo para completar las tareas durante varias noches seguidas. Le complacerá saber que los padres siempre acudirán al rescate. Además, puede resolver tareas difíciles para él y pasar un par de horas más con el niño.