A veces, la publicidad se convierte en una fuente de formación de demanda humana. Los fabricantes hacen todo lo posible para que un producto o servicio sea atractivo a los ojos de un comprador potencial y para desarrollar las necesidades de las personas.
Si alguna vez ha comprado algo que es esencialmente completamente innecesario para usted solo porque se publicitó bien, probablemente le interese saber cómo la publicidad afecta su subconsciente. Los medios de comunicación dan forma con éxito a las necesidades de una persona, pero si sabe exactamente cómo funciona, podrá resistir muchos trucos de los vendedores en el futuro.
Gestión de la atención
La influencia de la publicidad en la conciencia de la población se produce de diferentes formas. Una de las técnicas es la gestión de la atención al consumidor. Es imposible decir directamente que el anunciante lo está engañando, pero dirige sus pensamientos en la dirección que necesita. Por ejemplo, un vendedor puede utilizar una promoción para enfocar su atención en aquellas características de un producto que no tiene un conocimiento significativo para su uso; por ejemplo, ganarse el favor de los consumidores a través del diseño explosivo de electrodomésticos. De esta manera, un fabricante puede alejar a los compradores de un competidor que ofrece un producto similar a un precio más atractivo.
A menudo, bajo la influencia de la publicidad, el consumidor paga de más sin darse cuenta.
Influencia a través de los miedos
La publicidad puede jugar un papel decisivo en la compra de un producto en particular, si el fabricante expresa el problema y luego propone una solución con la ayuda de su producto. Estas manipulaciones obligan a los clientes a pensar en cosas que nunca antes se les habían ocurrido. Pero los problemas inverosímiles pueden resolverse fácilmente comprando un nuevo producto milagroso, según las promesas de los anunciantes.
En ocasiones, la cuestión que decide la compra de un producto en particular es realmente relevante para la población. Sin embargo, los fabricantes están aumentando la necesidad de adquirirlo, desarrollando el tema de las posibles consecuencias para una persona que no compra su producto.
Jugando con los miedos de la gente, los vendedores ofrecen su producto como única solución a este problema.
Apelando a las emociones
Algunos anunciantes, al darse cuenta de que el producto no puede brindar ningún beneficio en particular al consumidor, y tal vez incluso dañarlo, utilizan imágenes hermosas en videos e imágenes, refinadas, vívidas, memorables, atractivas. Puede ver esta táctica, por ejemplo, en la publicidad de bebidas alcohólicas. Si el vendedor habla de la esencia de su producto, una persona puede preguntarse si vale la pena gastar su dinero y su salud en él. Por lo tanto, el objetivo de los anunciantes en este caso es hacer que las personas no piensen, sino que sucumban a las emociones, compren una imagen hermosa y un lema engañoso.
Otros comerciales están hechos con imágenes fabulosas. El consumidor se distrae con ellos y nuevamente sucumbe a la acción de las emociones, como si volviera a la infancia. Si no desea realizar compras irreflexivas bajo la influencia de la publicidad, incluya el pensamiento crítico y evalúe objetivamente si realmente necesita este producto.
Imposición de valores
Es posible que se sorprenda al saber que la publicidad puede imponer algunos de sus valores. Al atraer compradores, los fabricantes se centran en el hecho de que con este producto serás una persona moderna y a la moda. Además, los textos publicitarios pueden contener frases en las que las personalidades y las estrellas de los medios populares utilizan este producto.
Además, las manipulaciones sobre su deseo de estar más a la moda y ser cool, o al menos mantenerse al día con el desarrollo de la mayor parte de la sociedad, pueden basarse en preguntas-sugerencias que provocan un sentimiento de culpa por su atraso e improductividad. A continuación, los anunciantes hablan sobre las mejores prácticas de otras personas, gente común o celebridades, y te ofrecen comprar un nuevo producto que parecerá darte un pase a un determinado club convencional. Por supuesto, en realidad, los beneficios de tales compras son incomparablemente menores que los prometidos en la publicidad.