Cada persona tiene las amígdalas faríngeas y palatinas, que sirven para proteger al cuerpo humano de la penetración de diversos tipos de microbios y virus a través de las cavidades oral y nasal. Los bebés ya nacen con amígdalas, pero las amígdalas continúan formándose hasta aproximadamente los 5 a 6 años de edad. Las amígdalas gravemente crecidas y constantemente inflamadas se extirpan de los niños mediante cirugía. Sin embargo, ¿por qué llevar el asunto a una operación si existen métodos de tratamiento efectivos?
Es necesario
Bicarbonato de sodio, furacilina, solución de collargol, solución al dos o tres por ciento de lapislázuli, sal sódica de bencilpenicilina, miel
Instrucciones
Paso 1
En el caso de que encuentre enrojecimiento o una ligera inflamación de las amígdalas en el niño, podemos tranquilizarlo: el tratamiento del niño aún no es necesario. En esta situación, se recomienda preparar una solución de bicarbonato de sodio o una solución de furacilina y hacer gárgaras con ella de 6 a 7 veces durante el día. El enrojecimiento y la inflamación deberían desaparecer en dos o tres días.
Paso 2
Explíquele a su hijo que debe respirar por la nariz. Tal respiración es necesaria para que las amígdalas no se sequen, no se enfríen demasiado y los microbios no entren en su superficie.
Paso 3
Si encuentra enrojecimiento severo e inflamación de grado moderado o severo, entonces es necesario darle al niño soluciones antisépticas para hacer gárgaras en la garganta y también tratar las amígdalas con varios medios. Estos incluyen una solución de collargol al 3%, solución de lapislázuli al 2-3% y otros. El curso del tratamiento es de catorce a veinte días.
Paso 4
También se puede utilizar otro método para lograr un buen resultado en el tratamiento. Mezcle una pequeña cantidad de sal de bencilpenicilina sódica y de cincuenta a setenta gramos de miel. Con esta mezcla, frote las amígdalas del bebé después de comer durante 4-5 días. Después de dos meses, repita todo el procedimiento.