Una visita a un psiquiatra no es un evento común para una persona con mentalidad rusa. En la mayoría de los casos, una persona acude a dicho médico solo cuando es necesario, por ejemplo, para obtener un certificado necesario para el trabajo. Para mostrar su lado bueno, compórtese de manera normal, responda preguntas con calma y veracidad, y no haga bromas inapropiadas.
Los compatriotas suelen acudir a un psiquiatra por dos motivos: si están preocupados por la salud mental o este médico debe acudir de forma gratuita para obtener uno u otro certificado. En el primer caso, no vale la pena ser astuto y hay que entregarse a un especialista para conseguir la ayuda necesaria. En el segundo, curiosamente, con total espontaneidad y franqueza, puede quedarse sin el trabajo deseado o sin licencia de conducir. ¿Cómo evitar tal peligro y no sucumbir a la provocación?
Preguntas abiertas
Al hablar con un psiquiatra, todo es importante, comenzando por su apariencia. Los psiquiatras dividen sus preguntas en preguntas abiertas y cerradas. Las preguntas abiertas son las preguntas introductorias habituales sobre su edad, lugar de residencia, educación, vecinos, amigos, clima. Deben responderse de forma clara y preferiblemente en monosílabos. Al hacer preguntas abiertas, el psiquiatra no profundiza tanto en sus respuestas como en su reacción, la forma de hablar. Es importante para ellos si eres verboso, cachondo o agresivo, etc. Por supuesto, en este caso, el refrán es más relevante que nunca: "El silencio es oro". Por supuesto, uno no debería estar completamente en silencio. Es necesario limitarnos a las respuestas "Sí", "No", "Quizás" y solo al grano, etc.
La regla principal es que en una cita con un psiquiatra es mejor estar tranquilo y sociable que desaliñado y prolijo.
Preguntas cerradas. Provocación
Al hacer las llamadas preguntas cerradas, el psiquiatra ya no solo está observando sus expresiones faciales, reacciones y antecedentes emocionales, sino que está tratando de descubrir su psique, provocar emociones y acciones. Las conocidas preguntas "En qué se diferencia una bombilla del sol" o "La diferencia entre un pájaro y un avión" le ayudarán a comprender sus habilidades mentales.
El método de los "torpes" también se utiliza a menudo. Es decir, el médico, mostrando una falta de comprensión, hace la misma pregunta varias veces o vuelve a preguntar, tratando de desequilibrar a la persona o atraparla en una mentira.
Al responder a preguntas provocadoras cerradas, es mejor observar la "media dorada".
No debe ser franco y disfrutar de historias largas, así como no debe encerrarse y quedarse en silencio.
La cuestión de los pensamientos suicidas también se puede atribuir a preguntas provocadoras. Ciertamente es mejor cuando no lo son. Una vez más, al responder, no olvide que puede ser sorprendido si hace la misma pregunta por segunda vez. Para evitar que esto suceda, es mejor no mentir, o al menos recordar sus respuestas.