El matrimonio civil es el preludio de una relación registrada en la forma prescrita por la ley. La forma en que vivirá la pareja mientras esté en un matrimonio civil depende de cómo se desarrolle aún más su relación.
A pesar de que solo las relaciones legalizadas pueden llamarse familia, muchas parejas viven en un matrimonio civil. Esta forma de relación implica la limpieza conjunta y la convivencia sin registro oficial.
¿Qué puedes decir sobre esa relación? Por un lado, cuando una pareja decide vivir junta sin registrarse, esto puede interpretarse como un control mutuo. Se controlan los sentimientos, el aspecto financiero del problema, las personas se miran en la vida cotidiana.
Para cada uno de los socios, tal relación puede parecer inestable. Por ejemplo, si no está registrado, ni siquiera necesita solicitar el divorcio. Me acabo de ir (izquierda) - y eso es todo.
De hecho, este juicio se confunde profundamente con aquellas parejas que realmente deciden formar una familia. El matrimonio civil también puede interpretarse como un examen ante una relación jurídica real. La habilidad con la que ambos miembros aprueben este examen influirá posteriormente directamente en su vida futura. Todo lo que es característico de una familia real será característico de las personas que viven en un matrimonio civil. De lo malo se puede notar discordia, confusión, incomprensión, desacuerdo. El trabajo diario, el trabajo de resolver problemas, entenderse, crear condiciones de vida cómodas para los demás, esto es lo que es un matrimonio civil.
Habiendo superado este examen con éxito y habiendo vinculado su relación con el registro oficial, los socios en ningún caso deben ser complacientes en cuanto a entenderse. Existe una opinión profundamente errónea de que, después de vivir 10 años o más, los socios simplemente ya no pueden divorciarse. Lejos de ahi. Lo más difícil en la vida futura de los socios es llevar esa frescura y trepidación de la relación a través de los años, cuando todo ya parece tan común y familiar.
El matrimonio civil es el preludio del comienzo de la vida en común. Ir a vivir juntos o registrar inmediatamente su relación de la manera prescrita por la ley es un asunto personal de cada pareja recién formada, y los socios deben tomar dicha decisión de manera conjunta. Por supuesto, existe una parte del riesgo en el desarrollo de un conflicto, pero más responsable será aprobar dicho examen. Y así, ambos socios deben comportarse de manera más inteligente para evitar el colapso de una familia que aún no se ha formado en una situación difícil.