Según los biólogos, la sandía es un tipo de baya increíblemente saludable y sabrosa. Pero, ¿es igualmente útil para adultos y niños? Los pediatras tienen su propia opinión sobre la pregunta de los padres, a qué edad se le puede dar una sandía a un niño.
Instrucciones
Paso 1
Se le pueden dar pequeños trozos de sandía al bebé a partir de un año. Por primera vez, puede darle a su hijo un poco de jugo de sandía exprimido de la pulpa de la baya a través de una gasa. O mézclelo con el jugo de manzana habitual de su hijo. Dele jugo de sandía de 1 a 2 cucharadas al día, aumentando este volumen con el tiempo.
Paso 2
No insista en que el niño coma un trozo de sandía si no le parece sabroso y el niño rechaza obstinadamente un nuevo producto en la dieta.
Paso 3
Asegúrese de que la baya no contenga nitratos antes de darle la sandía a su hijo. La presencia de enzimas peligrosas en la sandía está indicada por el color demasiado rojo de la pulpa, semillas blancas entre las rayas negras y amarillas entre la pulpa rosada o roja.
Paso 4
Compre sandía a personas que, ya sabe, la cultivaron en su casa de campo. Alternativamente, puede comprar una sandía en el mercado, pero después de mediados de agosto, ya que las sandías demasiado tempranas suelen estar saturadas de nitratos y fertilizantes químicos. Pero no lleve la sandía que se vende cerca de la carretera, ya que los gases de escape de los automóviles tienen la capacidad de penetrar la cáscara de la sandía.
Paso 5
Antes de tratar a su hijo con sandía, enjuague bien las bayas en agua tibia con un cepillo. Dele al niño la pulpa del medio de la baya, ya que la mayoría de los nitratos (si los hay) en la sandía están presentes debajo de la piel hasta 3 cm de profundidad.
Paso 6
Para los niños de uno a dos años, dé pulpa de sandía no más de 50 g. Los niños de dos a tres años pueden recibir 100 g de sandía por día. Y para los niños mayores de tres años: 150 g al día.
Paso 7
Compruebe si hay semillas en los trozos de pulpa de sandía que le ofrece a su hijo. El niño se los traga fácilmente, sin darse cuenta y puede ahogarse con ellos.