¿Por Qué Estoy Sentado En Casa? Psicología Ermitaña

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¿Por Qué Estoy Sentado En Casa? Psicología Ermitaña
¿Por Qué Estoy Sentado En Casa? Psicología Ermitaña
Anonim

Hay personas que prefieren la soledad y la tranquilidad en casa a las empresas y la comunicación. Estas personas evitan deliberadamente la comunicación y no quieren salir de su pequeño y acogedor mundo.

Algunas personas solo se sienten cómodas en casa
Algunas personas solo se sienten cómodas en casa

Psicología ermitaña

Algunas personas evitan socializar con otras. Este comportamiento puede incluso caracterizar a un individuo que solía ser muy sociable. El ermitaño se protege cuidadosamente del contacto con los demás. Solo los miembros de su familia pueden ingresar a su círculo de amigos.

Si un ermitaño va a trabajar, intenta elegir una profesión que no implique el trabajo en equipo o la comunicación frecuente con otras personas. En el servicio, dicho individuo se comunica con sus colegas solo cuando es necesario, nunca actúa como iniciador de una conversación y no se presenta frente a otros empleados.

Una persona así se siente cómoda en casa. No le gustan las multitudes de personas, trata de todas las formas posibles para evitar eventos masivos. Es casi imposible arrastrar a un ermitaño a una reunión de compañeros de clase o viejos amigos. Esas fiestas no le interesan.

Entre el entretenimiento del ermitaño, se puede notar leer o ver películas, caminar solo en lugares con poca gente. Un individuo así puede dejarse llevar por algún tipo de creatividad, pero no se apresurará a unirse a ningún club de interés.

Razones del hermitismo

La psicología de un ermitaño se acerca a la de los introvertidos. Estas personas a menudo se centran en su propio mundo interior. Les interesa más que la realidad circundante. Algunos de los valores ampliamente aceptados en la sociedad son ajenos a los introvertidos. Tienen su propia opinión sobre lo que es realmente importante en la vida.

Los ermitaños son personas que acumulan energía en su interior. Las personas más sociables se energizan cuando se comunican. Las personas a las que les gusta estar solos no necesitan este alimento. Por el contrario, el ermitaño no intercambia energía, solo la regala.

Además, las personas apasionadas por su trabajo se convierten en ermitaños. Por ejemplo, un científico cuyos pensamientos están completamente dominados por su área de investigación no querrá dedicar tiempo a algún tipo de entretenimiento fuera del hogar o comunicarse con los demás. Su profesión, el trabajo de su vida, le interesan principalmente y le brindan el mayor placer y satisfacción.

Si se ha adquirido el hábito de quedarse en casa, existen varias explicaciones para ello. Quizás el individuo cambió su estilo de vida debido a la insatisfacción consigo mismo. Por ejemplo, debido al sobrepeso, algunas personas se vuelven cada vez menos sociables y luego dejan de caminar por completo en algún lugar. Y todo porque se avergüenzan de su propio cuerpo y no obtienen la alegría de salir al mundo. Una persona tiene miedo de recibir una evaluación negativa de los demás y se retrae. Al mismo tiempo, se siente confiado y seguro en casa.

Otra categoría de personas, cuyas preferencias en materia de ocio han cambiado, se toma así un descanso de la comunicación, que antes abundaba. Sucede que una persona se quema en el trabajo y luego encuentra su salvación en un estilo de vida más relajado. Es posible que después de esas vacaciones el individuo vuelva a desempeñar un papel social activo con renovado vigor.

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