Los niños comienzan a decir mentiras en diferentes situaciones de sus vidas. Es posible que los padres inicialmente no presten atención a esto, pero en el futuro puede convertirse en un problema.
Para muchos padres, la pregunta real es que sus hijos comienzan a hacer trampa. Las razones para mentir pueden variar mucho según la edad. Si el niño es pequeño, entonces tal vez solo sea una ilusión. La primera mentira se puede escuchar de un niño a los 3 años, y cerca de los 6 años comienza a mentir y fantasear de manera bastante activa.
Pequeño soñador
A veces es difícil para el niño determinar dónde está la verdad y dónde está la mentira. Esto es especialmente cierto para los niños con una imaginación muy desarrollada. Los niños de siete a ocho años pueden inventar varias historias que no han sucedido en sus vidas. Pueden inventar nuevos padres de superhéroes, hermanos o hermanas irreales para llamar la atención.
Hable con su hijo sobre sus nuevos amigos, pregúnteles qué tienen de especial y por qué son tan geniales, y comprenderá lo que le falta a su hijo.
No regañe ni use la fuerza física de ninguna manera. Puede que se cierre a usted o, peor aún, le tenga miedo. El niño mismo debe comprender y darse cuenta de que de esta manera no vale la pena buscar el reconocimiento y la atención de compañeros y amigos.
Miedo al castigo
Muchos niños comienzan a envolver por el miedo o los gritos de sus padres, tienen miedo de decepcionarlos, de hacer algo mal. Además, el motivo del engaño puede ser el miedo al castigo por la mala conducta cometida. Así, después de haber roto un juguete o haber recibido una mala nota en la escuela, el niño comienza a inventar historias diferentes y simplemente miente.
La única salida en una situación así puede ser una conversación tranquila con su hijo: “Incluso si hizo algo que podría hacerme enojar, no tenga miedo de contármelo. Es mucho más importante para mí escuchar la verdad de usted, y prometo no estar muy enojado.
Pero tenga en cuenta que debe cumplir su promesa y tratar de responder con calma a la verdad que escuche, incluso si le molesta. Si, después de la confesión, sigue un grito, esto solo provocará que el niño siga mintiendo y desalentará cualquier deseo de entablar un diálogo.
Vale la pena recordar que, sobre todo, los padres son los modelos a seguir para los niños. Es necesario construir una relación sincera y de confianza con tu hijo para que vea en ti no solo a un padre estricto, sino también a un buen amigo con el que podrás compartir cualquier secreto sin miedo a ser juzgado.
Recuerde, al crear una atmósfera de confianza y honestidad en la familia, nunca tendrá que pensar en cómo destetar a su hijo de las trampas.