La alergia alimentaria es una enfermedad infantil bastante común. Varios factores pueden servir como causas de esta enfermedad: predisposición hereditaria, un entorno ecológico desfavorable, violaciones de la dieta por parte de la madre durante la lactancia, entre otros.
Instrucciones
Paso 1
Ante los primeros signos de una alergia alimentaria (varias erupciones cutáneas, náuseas, alteraciones de las heces y otros), consulte a su médico: pediatra o alergólogo. El especialista examinará al niño, realizará un historial alérgico (averiguará quién y qué en su familia tuvo una reacción alérgica), analizará la dieta de los padres y del niño y también prescribirá las pruebas necesarias que ayudarán a identificar el alérgeno.
Paso 2
Elimina el producto alergénico de tu dieta. Si se encuentra una alergia alimentaria en un bebé amamantado, la madre debe dejar de comer todos los alérgenos potenciales durante dos semanas. Si el recién nacido es alimentado con fórmula o con fórmula, es probable que la proteína de la leche de vaca sea la causa de la alergia alimentaria. En este caso, es mejor cambiar a mezclas hipoalergénicas especializadas, habiendo consultado previamente a un médico.
Paso 3
Controle la dieta de su hijo. Los alimentos alergénicos incluyen: leche de vaca, nueces, chocolate, huevos, champiñones, pescado, frutas y verduras de color naranja o rojo. No le dé a su bebé alimentos que contengan colorantes, conservantes, estabilizadores, emulsionantes u otros ingredientes nocivos. Recuerde que comer alimentos naturales evitará el desarrollo de alergias alimentarias.
Paso 4
No olvide que el tratamiento del niño debe estar bajo supervisión médica. En casos de alergias alimentarias leves, como regla general, una dieta especial ayuda y, en situaciones más graves, se usa fisioterapia, homeopatía y terapia externa. Las alergias alimentarias se pueden tratar eliminando la causa. Según las estadísticas, solo el 1-2% de los niños tienen esta enfermedad de por vida.