No hay mayor alegría para cualquier madre que descubrir una vez que el bebé tiene fiebre y se siente mucho mejor. Sin embargo, esto no significa en absoluto que ahora su hijo esté listo para llevar una vida normal: el período de transición al régimen habitual para el niño es de 1-2 semanas, dependiendo de la gravedad de la enfermedad. La tarea de los buenos padres en este momento es organizar todo de tal manera que ayude al cuerpo del niño a recuperarse rápida y completamente.
Instrucciones
Paso 1
Comida:
Es mejor rechazar los alimentos fritos y grasos, ofrecerle al niño alimentos que sean fáciles de absorber y que no supongan una carga adicional para el sistema digestivo. La cantidad de comida puede aumentar ligeramente en comparación con el período de enfermedad.
Paso 2
Higiene:
Asegúrese de ventilar la habitación donde se encuentra el niño, ya que su cuerpo necesita oxígeno. No te olvides de la limpieza en húmedo, todo el mundo sabe que las bacterias y virus se acumulan en el polvo, lo que puede provocar una recaída de la enfermedad.
Paso 3
Actividad física:
Si la temperatura de su bebé ha vuelto a la normalidad, no lo obligue a acostarse en la cama. Deje que el niño camine, juegue e incluso corra por el apartamento. Los escolares bien pueden tomar las lecciones. Pero es mejor posponer las visitas a los clubes deportivos por un par de semanas.
Paso 4
Procedimientos revitalizantes:
Algunos de estos son recetados por su médico, como inhalaciones o masajes para suavizar la garganta. Algunas las puede hacer por su cuenta, por ejemplo, darle a un niño de beber con decocciones de hierbas medicinales que mejoran la inmunidad.