En los cuentos de hadas, el tonto recibe riqueza, fama, éxito y amor. Curiosamente, esta tendencia se puede observar en la realidad. A veces, las personas sencillas e ingenuas consiguen fácilmente lo que otros sueñan.
Algunas personas hacen todo lo posible para lograr el éxito, pero fracasan. Otros, quizás con menos experiencia y educación, disfrutan de los beneficios de la vida con una sonrisa tranquila.
Apertura a lo nuevo
Recuerda cómo se comporta un tonto en los cuentos de hadas. No se niega a ayudar a nadie, no le teme a nada y no actúa de acuerdo con ningún plan claro. Si traducimos esto al lenguaje de la vida moderna, está abierto a todo lo nuevo y no se impone ninguna restricción.
Las personas que tienen planes claros para el futuro pueden perder las oportunidades que se les presentan. Esto se debe al hecho de que el individuo está enfocado en el otro y no quiere desviarse del camino elegido. Pero, ¿por qué está tan seguro de que éste es el camino correcto y más corto hacia el éxito
La suerte puede darles una oportunidad a todos. Alguien lo ve y se aferra a él, mientras que otros se alejan del éxito futuro.
Trabajo duro
En los cuentos de hadas, el tonto no le teme al trabajo y no hace trampas para descubrir cómo irse a expensas de otra persona. En la vida, las personas trabajadoras que asumen trabajos difíciles pueden obtener una buena bonificación. Se dedican a un trabajo, para el cual los hermanos no quieren otros, y salen adelante.
Un tipo de personas busca un lugar cálido para trabajar menos y obtener todos los beneficios necesarios. Sentados en el lugar deseado, se relajan, suelen estar online en las redes sociales durante el horario laboral y, en general, intentan ejercer menos estrés.
A estos individuos a veces se les llama inteligentes, reflexivos y astutos.
En contraste con ellos, los "tontos" que no buscan delincuencia y caminos fáciles, comienzan sus carreras desde el fondo. Estudian mucho y alcanzan mayores alturas que el primer tipo de personas.
Sucede que una persona, por su sencillez, asume un proyecto complejo. Otros solo se ríen entre dientes a sus espaldas, pero solo hasta que él haga frente brillantemente a la tarea y obtenga un ascenso. La gente envidiosa piensa que este tonto tiene suerte.
Actitud optimista
La gente común e ingenua no se inclina a tener maldad en alguien, a mostrar un comportamiento negativo o agresivo. No hacen planes ni intrigas astutos. La ausencia de tales pensamientos negativos es buena para su aura y la realidad que los rodea.
Gracias a su bondad y franqueza, tranquilidad y fe en los milagros, el "tonto" puede recibir algunos beneficios a través del esfuerzo, multiplicado por la fuerza de los pensamientos positivos. Una actitud optimista les ayuda a afrontar las dificultades y a recuperarse rápidamente de situaciones difíciles.
Al ver a una persona que está de buen humor y satisfecha con todo lo que tiene, los envidiosos malvados se indignan e indignan: bueno, ¿por qué este tonto vuelve a tener tanta suerte? Y el punto aquí no está en absoluto en la suerte, sino en la actitud ante la vida.