El síndrome de hiperexcitabilidad del niño (síndrome de excitabilidad neuro-refleja aumentada) es una enfermedad que se manifiesta en niños con una forma leve de daño perinatal del sistema nervioso central.
Signos de hiperexcitabilidad
La hiperexcitabilidad en los niños se diagnostica actualmente en aproximadamente el 44% de los casos. Este síndrome requiere una corrección obligatoria, ya que con el tiempo corre el riesgo de convertirse en una enfermedad neurótica persistente.
El síndrome de hiperexcitabilidad en un niño generalmente se manifiesta en los primeros meses de vida. Esto se debe a un embarazo severo o una lesión en el parto de la madre. Un bebé que sufre de hiperexcitabilidad no solo se comporta de forma activa, sus movimientos son bastante espontáneos. El sistema nervioso está en constante excitación y, a veces, se produce su agotamiento.
En los niños con síndrome de hiperexcitabilidad, se interrumpe el sueño y la vigilia. Se duermen peor. A menudo tienen trastornos intestinales, la diarrea se reemplaza por estreñimiento. Como resultado, el niño no aumenta bien de peso. Los bebés prematuros con hiperexcitabilidad a veces tienen convulsiones.
Con hiperexcitabilidad, la piel del niño a menudo se vuelve de color jaspeado, el bebé aprieta constantemente los puños, lo que crea una sensación de rigidez y tirantez.
Los trastornos emocionales en los niños con síndrome de hiperexcitabilidad se manifiestan en ráfagas. El niño puede sentirse ofendido o gritar en una situación en la que no existen requisitos previos visibles para ello. Si no corrige su comportamiento, es posible que las consecuencias no sean las más optimistas. Después de todo, lo que los padres, compañeros o maestros de escuela perdonan a sus hijos es poco probable que lo dejen ir. Aunque el niño no tiene la culpa, simplemente no puede contener sus emociones debido a una autorregulación insuficiente.
Un niño hiperexcitable es más propenso a la fatiga, a menudo no presta atención y, como resultado, las calificaciones escolares pueden ser más bajas que las de sus compañeros. Vale la pena decir que el síndrome de hiperexcitabilidad no afecta la inteligencia.
Lo principal es la inconstancia y la irritabilidad
En preescolares con hiperexcitabilidad, hay un cambio rápido y frecuente en la actividad. Sin terminar una cosa, los niños hiperexcitables cambian a otra. A veces se comportan de forma agresiva, por ejemplo, en un sandbox destruyen figuras hechas por otros chicos.
No piense que el niño "superará" la hiperexcitabilidad. Es un mito. La corrección prematura de la hiperexcitabilidad conlleva problemas con la crianza en el futuro. A medida que crecen, los niños con mayor excitabilidad pueden ignorar los comentarios de los adultos o reaccionar con terquedad.
Según los expertos, los niños son más susceptibles al síndrome de hiperexcitabilidad que las niñas. Si nota alguno de los signos enumerados en su hijo, comuníquese con un neurólogo.