Los huevos de gallina son un producto muy saludable. Incluyen fósforo, potasio, hierro, vitaminas, calcio, ácido fólico, cobre, etc. Por tanto, es muy importante saber cuándo y en qué cantidades es necesario introducir la yema en la dieta del niño.
Instrucciones
Paso 1
Dado que la yema de pollo tiene un 23% de grasa saturada, lo que crea una mayor carga en el cuerpo del niño, los pediatras no recomiendan dársela a bebés menores de siete meses. Además, si comienza a introducirlo demasiado pronto, esto puede provocar la aparición de reacciones alérgicas en el niño debido a la alta actividad de este producto.
Paso 2
Cocine un huevo de gallina duro. Separar la clara de la yema, triturar la última en una papilla y mezclar con una pequeña cantidad de leche materna o fórmula.
Paso 3
Déle al bebé ¼ de cucharadita de yema y luego controle cuidadosamente la reacción del niño al nuevo producto y solo después de un día dé la misma cantidad.
Paso 4
Lleve gradualmente la dosis diaria a la mitad de la yema. Cuando el niño cumpla un año, puedes darle una yema de pollo entera a cada uno.
Paso 5
No es necesario que alimente a su bebé con este producto todos los días. Será suficiente 2-3 veces a la semana. Además, puedes añadir la yema a otros alimentos infantiles: puré de verduras o frutas, papilla, etc.
Paso 6
No le dé clara de huevo a un bebé menor de un año. Es un alérgeno muy fuerte, mal absorbido por el cuerpo y contiene menos componentes útiles.
Paso 7
Si, después de la introducción de la yema en la dieta, el niño desarrolla una alergia, excluya este producto durante al menos 1, 5-2 años. Luego intente ingresarlo nuevamente.
Paso 8
Si es posible, comience la introducción con la yema de huevos de codorniz. No cambie el principio, a pesar de que los huevos son muy pequeños.
Paso 9
No le dé huevos crudos a un niño menor de un año, la única excepción es si son necesarios para el tratamiento de una enfermedad.
Paso 10
Antes de introducir la yema de pollo en la dieta del niño, asegúrese de consultar con un especialista. Es muy importante tener en cuenta las características individuales del niño: peso, altura, apetito, etc.