Una vez que cedes a la demanda ilegal de tu hijo, sucumbes a sentimientos de lástima, culpa o simplemente porque es mucho más fácil, le das a tu bebé la primera sensación de poder real sobre una persona, en particular sobre ti. Cualquier poder corrompe. También pones la primera piedra del muro, que con el tiempo tiene una gran posibilidad de crecer entre ustedes. Después de todo, un simple buen contacto humano solo puede ser horizontal, entre personas iguales que se respetan entre sí.
¿Cómo amenaza esto al niño?
Está explorando un modelo de relaciones completamente nuevo basado únicamente en el chantaje. Tal modelo puede gustarle a uno como a uno le gustan, por ejemplo, las drogas, porque dan resultados instantáneos y, al mismo tiempo, la posibilidad de una fácil autoafirmación. Con el tiempo, las habilidades de no jugar, sino de comunicarse abiertamente con las personas, son suplantadas por los hábitos de manipulación. La brecha entre esos niños y el mundo aumenta gradualmente. No puede haber ganadores en un juego así.
Acciones de los padres al comunicarse con el manipulador
Lo más importante es no iniciar el proceso. Cuanto antes se actúe, mejor. Desafortunadamente, muchos padres no pueden ser firmes a través del sentimiento de culpa frente al niño. Puede deshacerse de este sentimiento si hace un plan de sus propios derechos y responsabilidades, y se guía claramente por él.
Igualdad de comunicación con el niño
Trate de olvidarse de la comunicación basada en roles. Deshazte de la imagen de un tirano, educador, adulto inteligente. Trate de hablar con sus hijos como si fueran buenos amigos. Esta será la forma más fácil de respetarte a ti mismo y a tu interlocutor. Observe su manera de hablar en tercera persona, por ejemplo: "Mamá ve todo, mamá oye todo".
Debemos intentar desarrollar en el bebé el respeto por su propio espacio. Si tiene su propio territorio, donde se siente protegido e inviolable, donde nadie le molesta, entonces percibe mejor tu derecho a la propia autonomía. Muestre un gran respeto por el espacio de su hijo a menudo. Por ejemplo, golpear al entrar en su habitación.
Déle la oportunidad de elegir, incluso en cosas pequeñas (qué comida comer, qué ponerse, cómo jugar, etc.) Pero lo principal es creer que el niño es de hecho una persona soberana y tiene derechos comunes con usted..