Cuando un bebé aparece en la familia, es una gran alegría para los padres y una responsabilidad igualmente enorme. Después de todo, ahora depende de ellos que el niño crezca sano, desarrollado integralmente, bien preparado para una vida independiente. Y para ello no basta con cuidarlo, darle comida y ropa y protegerlo de los peligros. Los padres deben ser conscientes de los cambios naturales que ocurren en sus hijos a medida que crecen.
Cómo cambia la anatomía del bebé
Los bebés recién nacidos tienen una cabeza desproporcionadamente grande (en comparación con la longitud total del cuerpo) y piernas pequeñas. Con la edad, su cuerpo se alarga y estos desequilibrios desaparecen rápidamente. Durante el primer año de vida de un niño, la parte inferior de su rostro crece y deja de ser casi redonda. A la edad de dos años, la mandíbula inferior continúa desarrollándose, pero a un ritmo más lento. La longitud relativa de las piernas también aumenta. Al comienzo de la escuela, la hinchazón característica de la cara de los niños prácticamente ha desaparecido. En la adolescencia, las proporciones de los rostros de los niños son casi las mismas que las de los adultos. Las extremidades, por otro lado, pueden parecer desproporcionadamente largas, debido al rápido crecimiento del tejido óseo causado por un cambio en la composición hormonal.
¿Qué cambios ocurren en la psicología del niño a medida que crece?
El bebé nace absolutamente indefenso, con solo un conjunto limitado de reflejos condicionados. Pero al año ya sabe mucho, por ejemplo, se sienta con confianza, gatea rápido, trata de caminar, conoce bien a sus padres y otras personas cercanas, es capaz de armar estructuras simples como pirámides. Tiene los inicios del pensamiento abstracto. En muchos casos, los niños de un año intentan empezar a hablar.
A la edad de tres años, un niño con desarrollo normal puede hablar bien, correr, saltar, usar un triciclo y usar cubiertos por su cuenta. Tiene una coordinación de movimientos bien desarrollada, habilidades motoras finas. Se le puede enseñar higiene, habilidades básicas de autocuidado, disciplina.
Con los años, el niño se desarrolla cada vez más no solo anatómicamente, sino también psicológicamente. Por regla general, los padres no deben tener problemas serios con su comportamiento, obediencia, etc., hasta la adolescencia. En este momento, la composición hormonal del cuerpo cambia drásticamente. Por lo tanto, hasta hace poco, un niño tranquilo, obediente y educado puede transformarse más allá del reconocimiento. A menudo se comporta ostentosamente grosero, puede crear un escándalo literalmente de la nada, complejos sobre su apariencia. Los padres deben ser pacientes y comprensivos, porque este es un comportamiento natural para la mayoría de los adolescentes. Pasa a lo largo de los años. A esta edad, el niño necesita el apoyo de los padres. No hay necesidad de regañarlo por su comportamiento inapropiado, acuérdate de ti mismo a esta edad.