La mayoría de los padres tratan de ser estrictos con los caprichos de sus hijos debido a problemas económicos o a la falta de voluntad para malcriarlo. Si le da a su hijo el dinero suficiente para que un centavo en un centavo sea suficiente para almorzar en la cafetería y en el camino a casa, lo lleva a una esquina, a una situación insuperable en la que estará desnutrido o caminará a casa seis. cuadras a pie, solo para ahorrarme algo de dinero. ¿Es esto lo que querías para tu hijo?
Los psicólogos dicen que el 70 por ciento de los niños entre las edades de nueve y doce no tienen idea del valor del dinero. Para ellos, una cosa es solo el fruto de su deseo, y no un objeto que tiene su propio precio, que, quizás, está más allá del control del presupuesto familiar.
El dinero de bolsillo soluciona esta situación. El niño recibe regularmente dinero en efectivo, que puede disponer él mismo, y los padres solo le compran artículos esenciales y obsequios programados para fechas específicas. No debería haber más "deseos" en su familia.
Si a su hijo le gusta algo, ¡tendrá que ahorrar para eso! Entonces pensará si el nuevo juego de los tres viajes perdidos al cine merece la pena o no. Controlar los gastos de su hijo no vale la pena si no hay razones objetivas (olía a cigarrillos), pero sí vale la pena explicar que esta o aquella cantidad se emite por un tiempo determinado y su billetera no se repondrá antes de la hora señalada.
Pagarle a su hijo por las calificaciones tampoco es una buena idea. Su hijo no recibirá ningún conocimiento y podrá recibir calificaciones haciendo trampas banales o abarrotando, lo que no traerá ningún beneficio. Si un niño tiene problemas con algunas materias, simplemente contrate tutores para él, sin deducir de su presupuesto, para darle un conocimiento real, lo más preciado que se le puede dar a esta edad, además de una educación adecuada.
La opción de incentivo más exitosa es pequeña, insignificante para la familia, pero significativa para las bonificaciones por hijo. Por ejemplo, si fue al supermercado sin caprichos, puede dejar cambio o parte de él. Entonces, el niño se acostumbrará a las tareas domésticas y su presupuesto no se verá afectado por un par de rublos.