Una de las principales causas de preocupación para las mamás en los primeros meses de vida de un recién nacido es la regurgitación frecuente. El problema se agrava especialmente si el bebé aumenta poco de peso, se atraganta con la leche que sale y grita constantemente después de cada uno de estos incidentes. La mayoría de las veces, el problema se resuelve por sí solo a la edad de seis meses, pero la prevención ayudará a hacer frente a la regurgitación constante antes. Solo es importante comprender por qué está sucediendo.
Instrucciones
Paso 1
Atracones. Ésta es la causa más común de regurgitación. Este fenómeno se observa especialmente en niños amamantados. Es solo que el niño absorbe un volumen de leche materna mayor de lo que necesita el cuerpo, el estómago se estira y luego, con un ligero reflejo nauseoso, sale parte de lo ingerido. Al mismo tiempo, la madre tiene la impresión de que el bebé eructa mucho. Para calmarte, basta con verter 2 cucharaditas de leche de vaca en el pañal, y verás que el volumen parece grande, pero en realidad es solo de 10 ml.
Paso 2
Aire tragado (aerofagia). Quizás el estómago del niño ingrese al estómago junto con la comida, simplemente la succiona. Esto sucede con la lactancia y cuando se usa fórmula en biberón. El aire causa molestias al bebé, sale, por regla general, con una pequeña cantidad de leche. Pero después de la alimentación, basta con colocar al bebé boca abajo en posición vertical, ya que se produce un eructo normal y el niño se sentirá mejor.
Paso 3
Intususcepción intestinal. Si el niño regurgita con frecuencia y abundantemente y el vómito se vuelve verdoso o se mezcla con bilis, esta es una razón para contactar al pediatra. Ninguna cantidad de profilaxis en forma de posición erguida y arrancando el pecho ayudará, ya que la causa más probable es la obstrucción intestinal.
Paso 4
Piloroespasmo. En los niños que regurgitan con una fuente después de cada comida, lo más probable es que este sea el diagnóstico. Se trata de los espasmos regulares de los músculos del píloro, la válvula que cierra la salida del estómago. Los medicamentos adecuados solo pueden ser recetados por un pediatra, y la alimentación frecuente en pequeñas porciones es adecuada como medida preventiva.
Paso 5
Regurgitación repentina. Si el niño no tiene predisposición a la regurgitación, pero de repente sucede varias veces, debe prestar atención a la condición del niño. Esto podría ser un síntoma de una enfermedad o lesión grave. Después de todo, regurgitar es fácil de confundir con vómitos. La ingesta repetida de alimentos en algunos niños acompaña a un aumento de la temperatura corporal, en general, indica enfermedades del tracto gastrointestinal, incluidas infecciones, y a menudo ocurre con una conmoción cerebral. Si el niño escupe sangre, se debe llamar urgentemente a una ambulancia.