La leche materna es el alimento ideal para un bebé durante los primeros meses de vida. Sabiendo esto, muchas madres jóvenes hacen todo lo posible por establecer una alimentación natural y continuarla el mayor tiempo posible. Hay varios secretos para que las mujeres tengan éxito en este esfuerzo y amamanten durante el tiempo que sea necesario.
La composición de la leche materna satisface completamente las necesidades del cuerpo del bebé y está idealmente equilibrada. Incluye grasas, carbohidratos, proteínas, aminoácidos, autoenzimas que promueven la rápida digestión de la leche, así como anticuerpos maternos. Y esto es solo una pequeña parte de lo que el cuerpo de la madre puede proporcionar a su hijo.
Características de la lactancia materna
La leche materna tiene una composición individual, que está regulada por el propio bebé. Esto significa que la composición de la leche puede cambiar a lo largo del día y también cambia durante el período de lactancia.
La calidad de la leche depende en gran medida de la salud de la mujer. La falta de vitaminas y minerales en el cuerpo de la madre puede afectar negativamente el crecimiento y desarrollo neuropsíquico del recién nacido. Al darse cuenta de esto, muchas madres comienzan a preocuparse por si tienen suficiente leche y cómo sujetar correctamente a su bebé al pecho.
Los pediatras están seguros de que en los primeros 6 meses de vida, solo se debe administrar un seno por toma. El niño succiona primero la llamada leche "superior", que le sirve de bebida. Sólo entonces llega a la leche grasa "inferior", que le proporciona todo lo que necesita para desarrollarse rápidamente y crecer bien. Si alterna correctamente el pecho durante la lactancia y le da una comida al bebé en 2, 5 a 3 horas, entonces cada glándula mamaria tiene tiempo para llenarse durante las últimas 5 a 6 horas. Las necesidades nutricionales del lactante con esta dieta quedan totalmente satisfechas y la lactancia se vuelve más estable.
Reglas "de oro" para una alimentación exitosa
Hay una serie de requisitos, cuya observancia ayuda a establecer rápidamente la lactancia materna y mantenerla durante todo el primer año de vida de un niño. En primer lugar, es necesario colocar al bebé en el pecho inmediatamente después del nacimiento. El calostro es una fuente insustituible de anticuerpos protectores contra los millones de microbios que encuentra un recién nacido en los primeros minutos de vida.
El niño y la madre deben estar en la misma habitación; luego, la madre puede alimentar al bebé inmediatamente después de que él lo desee. En primer lugar, el recién nacido debe ser alimentado a demanda, sin extraer "exceso" de leche. Debe evitarse la alimentación con biberón. Solo en este caso, el bebé desarrollará el hábito de succionar el pecho correctamente y la glándula mamaria producirá exactamente una cantidad tal que pueda comer.
No se recomienda lavarse los senos antes y después de amamantar, porque cualquier jabón seca la piel y se forman grietas en los pezones. Para mantener la higiene, es suficiente que una mujer se duche por la mañana y por la noche. No es difícil seguir los consejos anteriores, y los esfuerzos para conservar la leche materna siempre dan buenos resultados: el bebé estará sano, bien alimentado y alegre.
