La amenaza de aborto espontáneo puede surgir por varias razones: mala salud de una mujer, estrés, estilo de vida inadecuado o actividad física. Afortunadamente, en muchos casos, el embarazo se puede salvar si sigue todas las recomendaciones de los médicos, realiza las pruebas necesarias y se somete a exámenes regulares.
Instrucciones
Paso 1
Si, al registrarse para el embarazo, el médico le diagnosticó un tono uterino, que está plagado de aborto espontáneo, y padece enfermedades ginecológicas graves u otras dolencias graves, es posible que le ofrezcan tratamiento hospitalario. Escuche las palabras del médico y no rechace la hospitalización si realmente desea llevar a su bebé.
Paso 2
En casos más leves, cuando, además del tono del útero, ya no tiene patologías que amenacen el desarrollo normal del feto, lo más probable es que el médico le recete un tratamiento farmacológico ambulatorio. Además de la medicación, probablemente también se le recomendará que reduzca el ejercicio y deje de tener relaciones sexuales. No descuide estos consejos y tome regularmente los medicamentos recetados por su ginecólogo; esto le ayudará a evitar un aborto espontáneo.
Paso 3
Ciertas enfermedades crónicas también pueden causar un aborto espontáneo, así que asegúrese de informar a su médico sobre cualquier problema de salud que tenga. Consulta a los especialistas correspondientes y, para que el embarazo transcurra con normalidad, sigue estrictamente sus recomendaciones. Si es necesario, complete el tratamiento completo.
Paso 4
Incluso si está completamente sana, durante el período de tener un hijo, intente descansar más, diversifique su dieta y trate de evitar el estrés, el trauma y el estrés físico y mental intenso, que también pueden conducir a una amenaza de aborto espontáneo. Sométase con regularidad a exámenes médicos de rutina y exámenes de ultrasonido; esto ayudará a identificar cualquier anomalía, incluso la más pequeña, en el desarrollo del feto.
Paso 5
Si tiene síntomas de un aborto espontáneo incipiente: comenzó a molestarle el dolor en la parte inferior del abdomen o la espalda baja, tiene secreción sanguinolenta del tracto genital; no se automedique y, sin perder tiempo, consulte inmediatamente a un médico. En muchos casos, las medidas oportunas tomadas por especialistas ayudan a normalizar la situación y preservar el embarazo.