La capacidad de utilizar racional y eficazmente el potencial de uno en el trabajo no aparece en una persona desde el nacimiento. Este es el resultado del largo trabajo de los padres en el campo de la educación laboral. Es la educación laboral la que desarrolla rasgos de personalidad como la capacidad de trabajo, la productividad, la resistencia al estrés, la responsabilidad.
Uno de los aspectos más importantes de la educación es la formación y el desarrollo. El trabajo contribuye al desarrollo intelectual, físico y moral del niño. Como resultado de este tipo de crianza, el niño se da cuenta de la importancia de la actividad socialmente útil, la necesidad de crear un plan de acción para lograr su objetivo, y también forma cualidades útiles para la vida y el trabajo productivo.
La base de todas estas habilidades y conocimientos se establece incluso en la edad preescolar. El niño comienza a sentir su independencia y busca demostrarlo. Una de las tareas más importantes de la educación laboral en la edad preescolar es el refuerzo de la laboriosidad desde sus primeras manifestaciones. El primer signo puede considerarse una crisis de tres años, cuando la acción de cada niño va acompañada de una frase como "¡yo mismo!" (a partir de los 3 años aproximadamente). Es a partir de este período que puede comenzar la educación laboral.
A la edad de 6-7 años, el niño debería haber formado los siguientes aspectos de la actividad laboral:
- Conciencia del objetivo, elaboración de un plan de actividades adecuado a la situación y lucha por un determinado resultado;
- Emociones positivas durante el trabajo;
- Respeto por las herramientas, materiales, propiedad, etc.;
- Crítica adecuada de los resultados obtenidos.
Formas de desarrollar la actividad laboral
- Supervisión de adultos. El mecanismo de imitación ocupa un lugar importante en la educación. El comportamiento de los padres es un ejemplo que un niño, sin siquiera darse cuenta, sigue toda su vida. Los niños aprenden la necesidad de un trabajo socialmente útil, una actitud positiva o negativa hacia el trabajo, el valor de los resultados del trabajo de otra persona y del suyo propio.
- Técnicas artísticas. Los libros, las películas y los dibujos animados a menudo estimulan la motivación de los niños para trabajar y ser como su héroe favorito. Por supuesto, las habilidades específicas rara vez se forman de esta manera, pero la motivación y el comienzo suelen ser la parte más difícil de cualquier trabajo. Es importante elegir la literatura y los programas adecuados para que las migajas tengan un ejemplo digno a seguir.
- Trabaja. El desarrollo de una habilidad es imposible sin su uso, por lo que las acciones laborales también deben ser capacitadas en la práctica. En el caso de los niños en edad preescolar, cualquier acción y situación se puede simular mediante un juego. Además, al niño se le pueden asignar las tareas domésticas más ligeras e insignificantes. No importa cuánto se necesite esta ayuda o qué tan bien la haga el bebé, pero su solicitud de ayuda en el futuro lo ayudará mucho.
El carácter de un adulto comienza a formarse desde el nacimiento. Ayude al pequeño a asimilar el valor del trabajo, felicítelo por sus logros, para que en el futuro se le entregue con gran placer la actividad productiva.