Los conflictos familiares no son infrecuentes y, si se comportan correctamente, no destruirán su matrimonio. No funcionará siempre y en todo el estar de acuerdo y hacer concesiones, en este caso, puede convertirse en rehén de su cónyuge y perder su identidad. Es mejor aprender a resolver adecuadamente los conflictos familiares.
Primero, debe comprender qué causó el conflicto. A veces, la razón radica en el mal humor, el cansancio, la irritación o incluso en el intento de llamar la atención del cónyuge. En tales casos, la disputa puede comenzar literalmente desde cero. La mejor solución es abordar la causa real. Relájate, anímate o habla con tu pareja sobre la falta de atención.
Durante un conflicto, no sea personal y observe sus declaraciones. La disputa terminará y las palabras no podrán ser retractadas. Entonces, cuando sienta que está empezando a perder el control de sí mismo, ofrézcase a hacer una pausa de cinco minutos. Sal de la habitación, toma un poco de aire fresco, bebe un poco de agua y, cuando te calmes, vuelve y continúa la conversación.
Maneras de resolver el conflicto
A veces puedes hacer concesiones. Si sientes que estás listo para renunciar a la victoria, es mejor declarar una tregua. Pero no debe ser para que una persona siempre ceda. Tales tácticas solo crean la ilusión de bienestar, pero la tensión aumenta. Y cuando la paciencia del que cede se desborda, los conflictos no resueltos pueden arruinar el matrimonio.
En algunos casos, puede comprometerse. Por ejemplo, si desea comprar uvas y su cónyuge quiere peras, puede comprar ambas. Pero esta táctica no funciona en todos los casos. A veces, los cónyuges toman la decisión de "ni tú ni yo" cuando nadie obtiene lo que quiere. Entonces aparece el resentimiento en cada lado.
La mejor forma de resolver un problema es la cooperación. Tienes que ponerte en los zapatos de tu oponente y comprender sus deseos. Juntos, se puede encontrar una solución que pueda resolver el conflicto de manera pacífica. No debe haber gritos ni discusiones, todos hacen propuestas y se discuten. Al revisar todas las opciones, puede encontrar una solución decente que se adapte a cada lado.
Si todo lo demás falla
Cuando los cónyuges se detienen y nadie quiere hacer concesiones, debe recurrir a los servicios de un especialista. Consulte a un terapeuta que pueda ver la situación de manera imparcial, escuchar a ambos lados y ayudarlo a llegar a una solución decente.
Para evitar conflictos fatales por los que se destruye la familia, es necesario discutir con anticipación los problemas graves. Antes de la boda, debe conocer a la persona, determinar su compatibilidad, cuánto coinciden sus puntos de vista en ciertos temas. Después de todo, si uno de los cónyuges quiere muchos hijos y el otro no los quiere en absoluto, es casi imposible encontrar una solución que satisfaga a ambas partes. Alguien tendrá que ir en contra de sus deseos o la familia colapsará.