Muchas humanidades se refieren a la naturaleza y propiedades de la conciencia humana: psicología, sociología, lingüística. Pero también hay una disciplina enteramente dedicada a este tema.
Fenomenología
A principios del siglo XX, el filósofo francés Edmund Husserl creó la fenomenología, una disciplina destinada a estudiar la naturaleza y las propiedades de la conciencia. Fenomenología significa "el estudio de los fenómenos", es decir, los fenómenos que recibe una persona en la contemplación sensorial. La fenomenología tiene como objetivo una descripción no preparada de la experiencia de la conciencia cognitiva que existe en el mundo de los fenómenos y el aislamiento de sus características esenciales.
Al negarse a construir sistemas deductivos y criticar el naturalismo y el psicologismo en el dominio de la conciencia, la fenomenología se centra en volverse hacia la experiencia primaria de conocer la conciencia.
Así, la contemplación directa y la reducción fenomenológica, que están asociadas con la liberación de la conciencia de la actitud naturalista, se convierten en los métodos básicos de la fenomenología.
La ciencia fenomenológica ayuda a comprender la esencia de las cosas, no los hechos. Así, al fenomenólogo no le interesa tal o cual norma moral, le interesa por qué es la norma.
Intencionalidad
Al hacer una reducción, la fenomenología llega a la propiedad central de la conciencia: la intencionalidad. La intencionalidad es una propiedad del enfoque de la conciencia en un objeto. La conciencia humana siempre está dirigida hacia algo, es decir, es intencional.
El análisis intencional presupone la revelación de realidades en las que los objetos se construyen como unidades semánticas. Husserl llega a la conclusión de que la existencia misma de un objeto depende de su significado para la conciencia. Así, la fenomenología se propone estudiar sistemáticamente los tipos de experiencias intencionales, así como reducir sus estructuras a intenciones primarias.
Principios de fenomenología
La esencia de la actitud fenomenológica es que el "yo" alcanza el último punto de vista concebible para la experiencia. Aquí el "yo" se convierte en un contemplador desinteresado de sí mismo, de su parte natural-mundana del "yo" trascendental. En otras palabras, la fenomenología llega al concepto de "conciencia pura".
Entonces, las principales disposiciones de la fenomenología se pueden formular de la siguiente manera:
- la conciencia pura, libre de experiencias psicofísicas, es un área trascendental en la que se constituye la objetividad del mundo;
- todo objeto existe para la conciencia pura como un fenómeno constituido por él;
- todas las experiencias de conciencia pura tienen un componente reflexivo;
- la conciencia pura es transparente, clara y evidente para el propio reflejo.