El calcio es un oligoelemento que es importante para la salud del esqueleto y los dientes. También es responsable de la conducción neuromuscular y la coagulación sanguínea. Para un niño, la ingesta diaria de calcio es de 600 a 900 mg. ¿Cómo tomar calcio para niños?
Instrucciones
Paso 1
La forma más fácil y económica de compensar la falta de calcio es tomar vitaminas que contengan la ingesta diaria requerida de un oligoelemento. Sin embargo, debes saber que en combinación con hierro o vitamina D, el calcio se absorbe mucho mejor, mientras que el magnesio reduce el contenido de este oligoelemento en el organismo. Ciertos alimentos también pueden interferir con la absorción de calcio, como el salvado integral, que contiene ácido fítico. Al unirse con el calcio, forma una sal de calcio que no se absorbe en el tracto gastrointestinal. La acedera y la aspirina no contribuyen a la absorción de calcio. Las conexiones que hacen pueden provocar cálculos renales.
Paso 2
Los niños deben recibir vitaminas después de las comidas. La dosis requerida generalmente la prescribe un médico o puede determinarla usted mismo leyendo atentamente las instrucciones. Las vitaminas con calcio deben tomarse hasta los 25 años, mientras crece la masa ósea. Los síntomas de la falta de este oligoelemento en el cuerpo son hiperactividad, nerviosismo, caries, uñas quebradizas, falta de sueño, entumecimiento u hormigueo en las extremidades y retraso del crecimiento. Se puede determinar un exceso de calcio si el niño tiene pérdida de apetito y debilidad muscular, desequilibrio al caminar, mudez, irritabilidad.
Paso 3
Además de las vitaminas, las fuentes de calcio pueden ser ortiga, sésamo, plátano, sardinas en aceite, almendras, avellanas, berros, espinacas, brócoli, col blanca y coliflor, soja, frijoles, lácteos y algunos otros productos.
Paso 4
Se ha comprobado que el polvo de cáscara de huevo de gallina es muy eficaz para reponer la falta de calcio en el cuerpo. La composición química del caparazón coincide casi por completo con la composición de los dientes y los huesos. Para preparar el polvo, los huevos frescos deben lavarse bien con jabón y enjuagarse. La cáscara debe limpiarse de la película interior y secarse. Para preparar el polvo para un niño pequeño, puede hervirlo durante 5 minutos. Muela las cáscaras en un molinillo de café y déle al niño el desayuno, con papilla o requesón, después de apagarlo con unas gotas de jugo de limón. Se puede administrar polvo de cáscara de huevo a niños mayores de 1 año.