El miedo de dejar que su bebé entre en un mundo lleno de peligros a veces se convierte en pánico. La idea de que los extraños no podrán cuidar al bebé adecuadamente, literalmente te priva del sueño. ¿Cómo no temer por la vida de su hijo cada minuto?
Instrucciones
Paso 1
¿Quizás el bebé te parece demasiado débil y poco independiente? Pero no puedes tener a un niño a tu alrededor toda tu vida. Para una persona madura, el momento de socialización es muy importante. Es necesario comunicarse con los compañeros y acostumbrarse al mundo que los rodea. Si se fija en su familia, la falta de experiencia en la vida se convertirá en un trauma psicológico con graves consecuencias en el futuro.
Paso 2
Trate de mirar a su bebé con sobriedad. Lo más probable es que te atormenten temores completamente infundados. El hombrecito es lo suficientemente inteligente y no necesita un seguimiento constante. Por supuesto, es necesario familiarizarse con las posibles dificultades que se pueden esperar en la calle. Por ejemplo, para advertir contra hablar con extraños, para familiarizarse con las reglas de la carretera.
Paso 3
Toma la vida de manera más positiva. Una visión pesimista y lúgubre del mundo fuera de la ventana solo aumentará el estado de ánimo ansioso. Cuando se despierte por la mañana, aleje los pensamientos negativos. Piense en el maravilloso día que le espera. Imagínese lo interesante que pasarán usted y su hijo una velada conjunta con un juego divertido, una cena familiar. Cuántas preguntas nuevas le hará el bebé en la reunión.
Paso 4
Trate de anotar sus miedos, anote los casos de preocupación por la miga. Mientras revisa sus notas, analice cómo terminó la alarmante situación. Pronto verá que la mayoría de las experiencias fueron en vano, impuestas por una rica imaginación.
Paso 5
Ser padre no significa renunciar por completo a sus deseos, así que cuide su propia vida. Actividades deportivas, reuniones con amigos: la mejor manera de lidiar con los miedos obsesivos. Acostúmbrese a separarse de su bebé fácilmente, sin angustia emocional ni tormento. Millones de niños van a la escuela todos los días, andan en bicicleta y viven sus pequeñas alegrías. Y cada vez que regresan a casa sanos y salvos.