Los científicos han demostrado que el endurecimiento desarrolla una resistencia inmunitaria a los efectos hostiles de todo tipo de bacterias y virus, y también reduce significativamente la sensibilidad del cuerpo del niño a los cambios de temperatura durante la temporada baja. Al mismo tiempo, es necesario comenzar a endurecer al bebé de manera competente y gradual.
El bebé recibe las primeras lecciones sobre endurecimiento cuando la mamá lo saca de una cama tibia para cambiarse de ropa o cambiarle un pañal. Los padres, sin saberlo, dan baños de aire a sus hijos cuando lo dejan entrar a una habitación bien ventilada. Puede enriquecer esta experiencia enseñándole a un niño de dos años a hacer ejercicios matutinos con una ventana abierta, aumentando gradualmente el tiempo de tres a diez minutos. Al mismo tiempo, la temperatura ambiente no debe ser inferior a 18 grados.
El endurecimiento con procedimientos de agua debe realizarse de acuerdo con el siguiente esquema: baños de agua para los pies, luego frotamiento y finalmente rociado. El cuerpo del niño debe acostumbrarse al agua fría de forma gradual y cuidadosa. Es muy efectivo comenzar los procedimientos de endurecimiento con baños de pies. Mamá y papá deben ser pacientes y medir la temperatura del agua todos los días. La regla básica es la siguiente: todos los días la temperatura desciende uno o dos grados con un tiempo de exposición estrictamente establecido. Por ejemplo, la temperatura inicial del agua para el baño es de 30 a 33 grados. Todos los días debe reducirse 1 grado, llevándolo a la marca de 18-20 grados. La duración de la exposición no debe exceder los 7-10 minutos.
Después de los baños de pies, puede comenzar a frotar con agua fría. Esto requerirá una manopla de baño de felpa o una toalla pequeña. Comience a limpiar con una temperatura de 25-28 grados y reduzca en un grado cada 3-4 días, lo que eventualmente lo llevará a un indicador de 18-20 grados. Si el bebé sufre resfriados a menudo, esta disminución debería ser mucho más lenta. Primero, limpie las manos y los pies de su bebé con una manopla húmeda con movimientos circulares rápidos desde los dedos hasta el cuerpo. Después de eso, muévase al pecho, abdomen y espalda. Al final del procedimiento, limpie al bebé con una toalla seca, póngase un pijama o envuélvalo con una manta.
El rociado se lleva a cabo de acuerdo con el mismo sistema que el frotado. Para comenzar, use una pequeña regadera o un cucharón, asegúrese de que el niño no se moje el cabello (se pueden esconder debajo de un sombrero especial). Evite las corrientes de aire después del procedimiento.
Recuerde que es mejor comenzar a endurecer las actividades después de consultar a un pediatra. Después del inicio del endurecimiento, no tome descansos largos, de lo contrario, todo tendrá que comenzar desde cero. No debe templar a un niño debilitado o que haya sufrido recientemente una enfermedad grave. En tales casos, los procedimientos deben posponerse.